martes, 26 de mayo de 2020

7 kilómetros

Manuel César es compañero en el Instituto, profesor de Educación Física, pero además Manuel tiene una particularidad muy especial. Fue un antiguo alumno del Instituto. Sí, él cursó sus estudios de la E.S.O. en este centro educativo, él pudo subir y bajar por las escaleras, como hacemos hoy, como hacen ahora sus alumnos y alumnas. Él pudo practicar lo que ahora es su asignatura siendo alumno, pudo correr y saltar obstáculos, entrar en las aulas de Música y de Plástica igual que ahora entran y salen otros alumnos y alumnas. Pudo esperar en la entrada de la sala de profesores preguntando por tal o cual profesor o profesora, igual que ahora hacen nuestros alumnos y alumnas, sus alumnos y alumnas. Y lo que es más total, pudo recibir clases de profesores que están todavía en activo y que ahora son sus compañeros. Es sorprendente a la vez que maravilloso, la fiel demostración que la vida sigue, que es un ciclo sin fin. Y aunque suene algo melodramático en estos tiempos tan tenebrosos, nosotros pasamos, pero otras cosas permanecen. Permanece el Instituto, el edificio, permanece la memoria tal y como a continuación vamos a ver.

Los hechos, los datos, que a continuación se exponen fueron transmitidos después de varias entrevistas y un documento escrito en el que puso en orden sus recuerdos. Las entrevistas sirvieron de desbroce de sus recuerdos, de ellas sacó la tarea de poner negro sobre blanco sus recuerdos con mayor precisión, sin prisas, con exactitud, rigor.
Podría tomar el documento que ahora escribo el aspecto de una entrevista, pero creo que no sería serio, pensaba que la entrevista se hiciera con cámara y pudiera colgarse en el blog, el dichoso covid19 lo ha impedido, como tantas otras cosas.
Por tanto, iré desgranando conforme a las notas recogidas en las entrevistas y en el documento presentado por Manuel, su devenir por el Instituto Bajo Guadalquivir.

Para Manuel César, el comienzo, primero de E.S.O. estuvo presidido por la motivación y la confianza. El cambio, el paso de la escuela al instituto fue para él increíblemente motivador, la incertidumbre, que la hubo, fue compensada con creces por las ganas de "crecer", se sentía con confianza de sobra ante el nuevo reto, se sabía con capacidades más que suficientes debido al buen desempeño en el proceso de enseñanza y aprendizaje en la escuela y además se sentía arropado al compartir el cambio con muy buenos amigos.
Manuel César con sus compañeros

"Buscando en el baúl de los recuerdos" hemos encontrado esta instantánea tomada, posiblemente, en una semana cultural, donde de derecha a izquierda de la foto aparecen José Antonio Barea, Francisco Martínez (Kiskin), Juan Torres (Cala), Jesús Cordero, Manuel Tejero (Gorrión), Francisco Jesús Cruz, Manuel César y Felipe, a quienes enviamos desde aquí todo nuestro cariño y admiración.

Recordaba disfrutar en lo académico, especialmente con la materia de Ciencias Sociales, impartida por Don Alfonso, toda una referencia en el Instituto y que tuve la suerte de conocer durante varios años en mi primera estancia en el Bajo Guadalquivir, además de por él, también me contó que le apasionaba la apasionaba la Geografía.
Recordaba disfrutar en lo académico, especialmente con la materia de Ciencias Sociales, impartida por Don Alfonso, toda una referencia en el Instituto y que tuve la suerte de conocer durante varios años en mi primera estancia en el Bajo Guadalquivir, además de por él, también me contó que le apasionaba la Geografía.
Aunque también tenía y tiene buenos recuerdos de materias como Ciencias Naturales, impartida por Mari Carmen Pérez, le resultaba increíble poder compartir, no ya el instituto, sino incluso las instalaciones del gimnasio y las pistas al impartir Mari Carmen clases de Educación física y ser por tanto, ahora, compañera de su departamento . Como es natural se acordaba de la asignatura de Educación Física, impartida por Emilio Delgado e hizo alusión a la temida asignatura de inglés del momento, de la que me decía, entre risas, que había ¿sobrevivido¿ (las comillas las puso él en su documento, que conste).
En lo personal, me habló en las entrevistas y en el documento me lo confirmó por escrito, que sentía que había habido algunos cambios pero recordaba seguir manteniendo su grupo de amigos del colegio. En gran parte gracias a que muchos coincidieron con él en la misma clase, aunque también me dijo que como es natural conoció y comenzó nuevas amistades con compañeros de otros centros y de otros cursos, con los que recordaba tener muchas vivencias cotidianas propias de la edad. Llegado a este punto me reconoció tanto en la entrevista como en el documento que, salvando las diferencias tecnológicas, esas vivencias no diferían mucho de las que hoy podía ver en los alumnos con la misma edad.

En segundo de ESO, las cosas no salieron tan bien como en el curso anterior, pudo ser el momento de la adolescencia o algunas circunstancias personales que tuvieron lugar en su vida, las que no permitieron que continuara el buen camino iniciado en primero, lo cierto y verdad es que como consecuencia de todo ello tuvo que repetir curso.
Ese momento fue extraordinariamente para su formación, no solo como persona sino también como docente. Es muy interesante el conocer cómo fue aquello contado por él, tanto en la entrevista personal en la que salió como en el documento que me hizo entrega y en el que de su puño y letra expresaba lo que había sido y cómo le había marcado.
Tanto de una manera como de otra, me transmitió que fue una sensación extraña, me contó , que en ese momento se lo preguntaba y le preguntaban cómo era posible que un alumno que había superado con solvencia, no solo la primaria, sino también el primer curso de secundaria, fuese a repetir segundo
Me contó que aun escuchando todas las explicaciones posibles, todavía hoy seguía sin tener una respuesta clara. Cree que fue una combinación de factores, desde la inmadurez, la inestabilidad propia de la adolescencia, las circunstancias personales, un poco de todas, pero fueran cuales fueran, lo que sí es cierto es que hoy seguía estando presente en su vida, y es precisamente esa experiencia, la que le hace tener claro como docente, que la edad de nuestro alumnado es la que es, un momento de formación de su personalidad, un momento crítico en su desarrollo como persona y que precisamente por ello, tiene que ser objeto de nuestra atención, pues en la docencia no solo se enseñan contenidos, también se educa.
Manuel me contó que si bien recordaba esa sensación de fracaso, de dejadez y pérdida de rumbo, también recordaba las clases de matemáticas de José Manuel Galván, el Gran Galván, el francés de Juan López o la Historia de Paco López, su tutor en ese curso. Sigue guardando un magnífico recuerdo de él, de sus charlas y consejos sobre lo que estaba haciendo y sus reiterados esfuerzos por concienciarle, reconociendo que a pesar de ello su inmadurez no le permitía entender. A este respecto, recuerda haber hablado con un compañero de aquellos momentos sobre la posibilidad real de abandonar los estudios en cuanto pudiera, eran los años de la burbuja inmobiliaria y una salida profesional que siguieron muchos compañeros, que al hacerlo disfrutaban de un envidiable estatus económico.

Resulta muy aleccionador llegar hasta aquí, es bastante más importante de lo que parece su testimonio en este punto, porque esa salida profesional fácil, si uno se para a pensarlo ha hecho mucho daño a nuestro sistema educativo. La apuesta por la construcción como modelo de desarrollo económico rápido y con ello la necesidad de una mano de obra poco o nada cualificada está detrás de nuestras dificultades para ser un país avanzado de verdad, con altos salarios producto de empleos cualificados y con alta productividad. Recuerdo que cuando me lo contó en la entrevista y después pude leerlo en el documento que me entregó, no pude evitar el pensar en otros muchos alumnos, algunos de ellos muy buenos alumnos, que decidieron optar por esa vía rápida antes que por seguir formándose. Fue una confesión muy clarificadora. Sí


El curso que tuvo que repetir, en lo académico no recordó gran cosa de él, salvo que había que estar ahí. Recordó que agruparon a todos los repetidores en una clase, supone que con la intención de proporcionarles la consideración necesaria para que pudiéramos superar los retos que se les presentaban. Sí recordaba a la profesora de Lengua Castellana y Literatura, Gema Hernández Mancha y a Juan López, jefe de estudios, con el que tuvo más de una charla que esta vez sí le sirvió de mucho para motivarse, conversaciones que lo reafirman hoy en la idea que la docencia es mucho más que enseñanza de contenidos, es educación en valores.

 
"Buscando en el baúl de los recuerdos" hemos encontrado esta otra instantánea tomada, posiblemente en la misma semana cultural donde, junto a compañeras y compañero, encontramos a Juan López Pérez, adjunto a la jefatura de estudios y profesor del departamento de francés.
Y esto, con ser importante, por lo que estas palabras significan, lo es mucho más por cómo las dijo. A él, precisamente por esa experiencia personal, no le tienen que decir que la docencia es más que enseñanza de contenido sino que también lo es en valores. Él lo descubrió, y en primera persona, hace muchísimo tiempo.

En Tercero de ESO, las cosas cambiaron, si bien es cierto que en el primer trimestre fue un desastre, en lo académico parecía haber vuelto a las sensaciones del curso anterior, aunque en lo actitudinal no iba en la dirección correcta. Recuerda su primer y único parte de incidencia como alumno, siendo la razón una discusión con un compañero dentro de clase. Primer y único parte de incidencia, ¡¡albricias!! También hoy suele suceder, para que vamos a mentir, pero vaya, llama la atención el dato y su recuerdo claro, cristalino, fue el único. Lo que dice mucho de su calidad ya por entonces.
Me refirió que fue entonces, en el segundo trimestre, cuando todo empezó a cambiar, ayudaron en ello muchos factores. Uno de ellos fue el encontrar un grupo de amigos que buscaban hacer las cosas bien y no mal. Otro fue el comenzar a recibir clases particulares con Don Alberto Serrano. Me cuenta con algo de sorna que probablemente hay que ser de Lebrija para entender qué significa esto aunque el análisis pudiera ser muy subjetivo y vano.

Lo cierto y verdad es que endereza el rumbo y llegó el siguiente curso, cuarto de ESO.

Fue el curso en el que no solo disfrutaba con materias que siempre le habían gustado como Historia, Lengua Castellana y Literatura, Inglés o Educación Física sino que lo hizo aún más con materias como Matemáticas, en la que consiguió obtener algún éxito significativo.

En relación al recuerdo de sus profesores, recuerda a Gloria de Historia, buena profesora y buena persona. Elia de Matemáticas, Arsenio Muñoz en Ética, o Mari Luz Diéguez en Inglés. Fue en este momento cuando consiguió entender que la madurez no solo era académica sino de pensamientos e ideas.

De esta forma llegó a 1º de Bachillerato justo como había que llegar, es decir, con la madurez necesaria.

Decidió hacer el Bachillerato de Letras aunque en ese momento no tenía claro lo que iba a estudiar una vez terminado el Bachillerato. Pensaba en Derecho, Periodismo o Magisterio pero no le preocupaba en exceso estando como estaba concentrado en hacer un buen curso.

Fue un curso que en lo académico le hizo recordar especialmente a Javier Almodóvar de Latín y Griego. Además recordaba haber disfrutado de actividades propias del centro como el día del Ajo y la semana cultural.

Y así pudo llegar a 2º de Bachillerato. Fue un año duro pero ilusionante.

"Buscando en el baúl de los recuerdos" hemos encontrado esta otra instantánea tomada el viernes día 23 de marzo de 2007 con motivo de la cena de fin de estudios de 2º de bachillerato.

Y tras él, tras los siete años de vivencias entre las aulas, pasillos y patios del IES Bajo Guadalquivir, otros diez años después y volvió a esas mismas aulas, pasillos y patios del IES Bajo Guadalquivir como profesor.

Me resultó una gratísima experiencia personal tanto escuchar sus palabras como leer el documento posterior con esas mismas vivencias puestas por escrito.

Espero que los que lean esta entrada disfruten de la misma forma que servidor.

(Entrevista realizada por Alfredo Luis Herrera Durán. Colaboración de María del Carmen Pérez Silva)

jueves, 13 de febrero de 2020

De alumno a profesor

Hola, el artículo de hoy va dedicado a todos aquellos en los que hemos dejado huella y que, sin quererlo nosotros, han seguido nuestros pasos.
Este es el caso de Manuel Ángel Bernal Romero, compañero y amigo, que un día, algo lejano ya, fue alumno mio. 
En el año 1.997 yo estaba embarazada de mi hijo, y Manu, estudiante de FP en la rama de Electricidad, a quien yo impartía Ciencias Naturales,  insistía en que le pusiera como él, pero yo me decanté por Ángel Manuel.



Os añado una foto de cuando yo le daba clase y un vídeo de la entrevista que le hice y en la que nos cuenta un poco como fue su vida de estudiante, y la diferencia que ve desde su perspectiva ahora como profesor.
La entrevista es muy cortita, sólo un par de minutos, pero suficiente para aclarar las diferencias entre el alumnado de entonces y el actual.
Espero que os guste. 

lunes, 27 de mayo de 2019

¿Sabes quién puso el nombre al IES Bajo Guadalquivir?

Por el IES Bajo Guadalquivir, desde su inauguración, han pasado miles de personas (profesorado, alumnado, conserjes, administrativos, personal de limpieza…). Todos nos han dejado su huella y algunos la han dejado muy marcada en nuestra memoria y nuestros corazones.
Este es el caso de Blas del Ojo, a quien queremos homenajear desde nuestro grupo de trabajo de “Recuperación y Difusión del Patrimonio Histórico-Educativo”, pues no hace mucho que nos dejó, pero vivirá siempre con nosotros
.


Blas estudió perito agrícola en Sevilla y desarrolló su trabajo como profesor de Formación Profesional de la Rama Agraria, entre otros centros, en la Universidad Laboral de Sevilla, en el IES de la Granja de Jerez… Llegando a nuestro centro en 1986, cuando en Lebrija y en nuestro instituto se vivía de otra manera.
Yo, personalmente, conozco a Blas desde siempre. Fuimos vecinos del lebrijano barrio del Pilar y muy amigos durante toda la vida. Compartimos muchísimos momentos cuando estudiábamos en Sevilla. Nunca olvidaré que cuando venía a vernos nos decía: “ha llegado el “Tío Blas” a ver a los sobrinos”, y nosotros no podíamos sino reírnos. Y es que así era Blas, espontáneo, cercano, amigo de sus amigos. Siempre estaba cuando lo necesitabas.
Más tarde, la vida volvió a unirnos en el Instituto, donde fuimos compañeros durante muchos años. 

Allí, los que tuvimos relación con él y con la Rama de Agraria, fuimos testigos de su compromiso con el alumnado y con la enseñanza de la agricultura, pues gracias a profesores como él el IFP Bajo Guadalquivir adquirió un gran prestigio, implantándose en él la enseñanza de la agricultura tanto intensiva como extensiva.  

Entre otras muchas cosas, Blas luchó para dotar al centro de una parcela para que los alumnos hicieran las prácticas de los cultivos que se sembraban en la comarca: algodón, remolacha, girasol, trigo… Además, junto con otros compañeros (Ildefonso Carrasco, Joaquín Real, Miguel Carrizosa, Luis Ramos, Paco Jiménez…) consiguió adaptar los contenidos de las programaciones a la realidad de Lebrija, logrando unos invernaderos de primera categoría para el instituto. 

En los meses de verano, tenía que estar pendiente de los cultivos de la parcela, pues el algodón y la remolacha no entienden de vacaciones. Nunca faltó a ello, siendo este un reflejo más de su compromiso y su pasión por su profesión. 

Tampoco faltó en la semana ecológica, en la que se fomentaba el cuidado de la naturaleza a través de la plantación de árboles, la sensibilización hacia el reciclado, el reparto de flores… y que culminaba en una jornada de convivencia de todos en La Algaida.


Fuimos muchos compañeros, algunos los he mencionado antes, pero no puedo dejar de recordar a Paco Torres, Emilio Delgado, Juan Antonio Rodríguez Asensio, Curro Sánchez, Dolores Vidal, Juan Viel, Mª Jesús Aveledo, José Antonio Salgueiro… y tantos y tantos.

Pero no todo era trabajar, también teníamos nuestros ratos de diversión. Por aquel entonces, después de las clases, un grupo de compañeros tomábamos una cervecita en la cafetería del instituto, junto a Miguel y Mari, donde luego llegaban profesores y alumnos que venían de trabajar en la parcela. Y aquello se convertía, sin pensarlo, en una reunión de amigos. Era otra forma de convivir con ellos, de conocerlos fuera del trabajo.


Y es que a Blas tenemos que agradecerle muchas cosas. Nos aportó y nos enseñó mucho, tanto en lo profesional como en lo personal. Incluso el nombre de nuestro centro tiene un pedacito de él, pues fue quien lo propuso al Claustro y al Consejo Escolar de entonces aprobándose la denominación de Instituto de Formación Profesional Bajo Guadalquivir.

Como anécdota y gracias al trabajo de investigación de nuestro coordinador, José Antonio Salgueiro,  ha encontrado que el primer nombre del centro fue publicado con error y se llamó Instituto de Formación Profesional Axati (BOJA 48 de 20/6/1989. ORDEN de 27 de abril de 1989), que después fue rectificado en el corrección de errores (BOJA  84 de 20/10/1989. Orden de 22 de septiembre de 1989).  

Pepe Calderón

domingo, 26 de mayo de 2019

La imagen más antigua del IES Bajo Guadalquivir

Días antes de elaborar la memoria final que clausura la edición de esta acción formativa de continuidad, en su cuarto año, llega a nuestras manos una auténtica pieza de valor incalculable para los objetivos de nuestro proyecto, convirtiéndose, hasta la fecha, en la imagen más antigua de nuestro instituto.

Construcción del Instituto de Formación Profesional de Lebrija
Desconocemos al autor o autora de esta imagen, que lleva las iniciales M.C., y que ha sido localizada en una red social que comparte imágenes antiguas de la ciudad de Lebrija por Manuel González Sánchez, padre de nuestro alumno Manuel Alejandro González González, matriculado en el primer curso de Bachillerato de Ciencias, y que se sienten muy orgullosos y satisfechos de contribuir con el patrimonio histórico-educativo del IES Bajo Guadalquivir. 
Desde aquí, nuestro más sincero agradecimiento a ambos.

En un artículo anterior, dejamos constancia de  la noticia publicada en el diario ABC de Sevilla  el día 1 de febrero de 1979, donde se informaba de la concesión a Lebrija de un futuro Instituto de Formación Profesional. Posteriormente, publicamos una entrevista a Juan Ramírez Alcón, la primera persona que gestionó la cafetería del IES Bajo Guadalquivir y que nos confirmó su inauguración en el curso escolar 1983/84, por lo que estimamos que la imagen más antigua de nuestro centro pudo haberse tomado entre 1981 y 1982.

Agradeceremos cualquier información que se nos pueda proporcionar y seguiremos indagando en la historia del IES Bajo Guadalquivir con la inestimable colaboración de la comunidad educativa.

sábado, 18 de mayo de 2019

En el encuentro final de grupos de trabajo y formación en centros


El día 16 de mayo asistimos al "Encuentro final de grupos de trabajo y formación en centros" celebrado en el CEP de Lebrija, con los siguientes objetivos:

  • Poner en valor el trabajo realizado en el Grupo
  • Intercambiar experiencias entre los asistentes
  • Poner en común los aspectos positivos que la autoformación está aportando a las prácticas educativas
  • Fomentar la creación de redes por temáticas o ámbitos
  
Como podemos apreciar en el cartel, una parte del encuentro estaba dedicada al intercambio de experiencias, con una presentación, por parte de la coordinación o algún participante, del trabajo realizado y el producto final, así como una exposición de los logros y dificultades encontradas a lo largo del proceso. 

Compartimos en este artículo nuestra presentación y algunos momentos de la misma, poniendo prácticamente punto y final al gran esfuerzo realizado durante este curso escolar para seguir recuperando el patrimonio histórico-educativo del IES Bajo Guadalquivir, nuestro centro.



Encuentro final de grupos de trabajo del CEP de Lebrija de IES Bajo Guadalquivir Lebrija


Durante este curso, a propuesta de la asesoría del CEP, hemos incluido la gamificación en el aula con los recursos generados desde esta acción formativa, y lo hemos llevado a efecto con la "I Yincana patrimonial de códigos QR", como ya destacamos en otro artículo.

Desde aquí enviamos, también, un cordial saludo al CEP de Lebrija, y en particular a nuestra asesoría, con quien compartimos una interesante jornada.

  
Finalmente, destacar que todo lo conseguido no habría sido posible sin este equipo de profesionales de gran experiencia que compone nuestro grupo de trabajo desde hace ya cuatro años:

  • María Jesús Aveledo Vera, profesora del Departamento de Biología y Geología. Jefa de Estudios de 1999 a 2000 y Secretaria de 2000 a 2004.
  • José María Calderón Calderón,  profesor del Departamento de Física y Química desde 1989. Vicedirector de 2003 a 2004 y Director de 2004 a 2009.
  • Alfredo Luis Herrera Durán, profesor del Departamento de Geografía e Historia.
  • Arsenio Muñoz Ruiz, profesor del Departamento de Filosofía. Jefe de Estudios Adjunto de 2000 a 2001.
  • José Antonio Salgueiro González, profesor del Departamento de Matemáticas desde 1990. Jefe de Estudios Adjunto de 1999 a 2000, Jefe de Estudios de 2000 a 2004 y Coordinador TIC de 2005 a 2009.
  • Jesús Ramón Aceituno Moreno, profesor del Departamento de Electricidad y Electrónica. Jefe de Estudios de 2012 a 2014.
  • Antonio Dionisio González, profesor del Departamento de Formación y Orientación Laboral. Vicedirector de 2004 a 2009.
  • María del Carmen Pérez Silva, profesora del Departamento de Biología y Geología. Jefa de Estudios Adjunta de 2004 a 2009.  
  • Antonio Vargas Peña, profesor del Departamento de Geografía e Historia.
  • María José Dorantes González, profesora del Departamento de Orientación.