domingo, 16 de abril de 2017

El origen de la Formación Profesional en Lebrija

El Instituto Laboral de Lebrija, Centro de Enseñanza Media y Profesional, como así se denominaba, fue inaugurado el día 1 de noviembre de 1952, para impartir el Bachillerato de Enseñanza Media y Profesional en la modalidad Agrícola y Ganadera, al que se podía acceder cumplidos los 10 años, superando un examen sobre materias de enseñanza primaria, ante Tribunales designados por los Directores de los Centros, y reuniendo las condiciones de sanidad reglamentarias.  
Inauguración del Instituto Laboral Agrícola de Lebrija
Artículo publicado el 2 de noviembre de 1952 en ABC de Sevilla
 
En el Boletín Oficial del Estado del día 9 de julio de 1952, se publica la Orden de 14 de junio del mismo año, por la que se aceptan las ofertas hechas para el funcionamiento del Centro de Enseñanza Media y Profesional de Lebrija (Sevilla).



 
Orden de 14 de junio de 1952, publicada en el B.O.E.

Los planes de estudio y las ofertas educativas de aquel entonces eran radicalmente distintas a como son hoy, pues los bachilleres, además de existir los tradicionales de ciencias y letras, tenían una serie de especialidades que se llamaban bachilleres profesionales. Uno de los que se implantó en Lebrija fue el denominado bachiller agrícola. Por aquel entonces, la administración, con buen criterio visto el potencial de la zona, creyó necesaria la formación de su población.

Instituto Laboral de Lebrija en 1959. Imagen de la exposición "Lebrija, 10 años de Extensión Agraria"
Si tienes curiosidad por conocer qué asignaturas estudiaban los alumnos y alumnas en el Instituto Laboral, te ofrecemos en la imagen siguiente el Plan de Estudios del Bachillerato Profesional en la modalidad Agrícola y Ganadera, que puedes ampliar pulsando sobre la imagen:
Decreto de 24 de marzo de 1950
Posteriormente, en la Orden de 13 de agosto de 1963 se establece la Sección Femenina del Bachillerato Laboral de Modalidad Agrícola-ganadera en el Centro de Enseñanza Media y Profesional de Lebrija, noticia de la que se hace eco el diario ABC de Sevilla:

Artículo publicado en el diario ABC de Sevilla el 25 de agosto de 1963

Este bachiller duró hasta el principio de los años 70, en los que vino la reforma del sistema educativo y ya solamente se quedaron los bachilleres tradicionales, creándose de forma independiente la formación profesional con sus distintas especialidades.

En nuestra ciudad, los agentes de extensión agraria veían que había un déficit en la formación agraria de Lebrija, así que empezaron a impartir en sus instalaciones  lo que se llamaba la FP-1,  que constaba de dos cursos, primero y segundo. Al no haber Instituto de formación profesional todavía, administrativamente dependía del Instituto Politécnico de Sevilla y, posteriormente, del Virgen de Consolación de Utrera.
A pesar de este esfuerzo por formar a los jóvenes en el ámbito agrícola, se percibía aún un déficit, razón por la que la Agencia de Extensión Agraria comenzó a buscar salida para que estos alumnos terminaran la FP-2, que constaba de tres cursos, tercero, cuarto y quinto, consiguiendo el título de Técnico Especialista, buscando plazas donde finalizar sus estudios. Así, un número importante de estudiantes se desplazaron a Huesca, Almería y, posteriormente, a la Universidad Laboral de Sevilla.

En 1979 se anuncia la creación de un Instituto de Formación Profesional para Lebrija, como hemos difundido en un artículo de nuestro blog,  y dado todo el volumen de parcelas y terrenos que se habían puesto en labor y una cantidad ingente de personal con un déficit de formación, se solicitó la implantación de la FP-1 con la especialidad Explotaciones Agropecuarias y, posteriormente, se creó la FP-2 de la misma especialidad.

También hemos ofrecido una entrevista con la persona que gestionó, por primera vez, la cafetería de nuestro instituto en el año de su fundación, es decir, 1983.

La imagen siguiente, que nos han proporcionado antiguos alumnos y alumnas de Formación Profesional de la Rama Agraria, está tomada en el recinto del actual IES Bajo Guadalquivir, detrás de la valla que separa las pistas de deportes, donde se encontraban los invernaderos para realizar las prácticas. 
Desconocemos exactamente la fecha en que fue tomada, pero estimamos que oscila entre 1985 y 1988, así que si alguien tiene información y lo recuerda con exactitud, así como los nombres de todas las personas que aparecen, puede enviar un comentario para ampliar nuestro patrimonio histórico-educativo.

La redacción de este artículo no habría sido posible sin la colaboración de Ildefonso Carrasco Clavijo, Director del IES Bajo Guadalquivir de Lebrija desde 1992 a 2004 y profesor del Departamento de Actividades Agrarias, a quien mostramos todo nuestro agradecimiento y enviamos un fuerte abrazo.

Desgraciadamente, hoy no existe oferta educativa en Lebrija para la formación agraria, cuyos ciclos formativos de grado medio y grado superior desaparecieron hace algunos años por falta de alumnado.

No obstante, aún queda en el centro algún rastro de aquel Instituto Laboral de Lebrija creado en 1952, como es el arado que se encuentra expuesto en una zona del recinto y que compartimos en la última imagen:
Arado procedente del Instituto Laboral creado en Lebrija en 1952

jueves, 6 de abril de 2017

Nuestra cafetería en 1983

Entre las actividades y documentos que se están aportando al grupo de trabajo de Recuperación y difusión del patrimonio histórico-educativo del IES Bajo Guadalquivir, tenemos la suerte de poder incorporar una entrevista con Juan Ramírez Alcón, la primera persona que gestionó la cafetería del IES Bajo Guadalquivir, suerte, porque esto nos retrotae a los inicios de nuestro centro y porque supone un testimonio en primera persona de como fueron esos inicios. Además se trata de una fuente primaria, obtenida específicamente para este grupo de trabajo, sin haber recurrido, como tenemos que hacer otras veces a fuentes secundarias, ya publicadas por otras personas o instituciones.


La entrevista nos ha resultado de gran interés porque nos permite situar exactamente la inauguración del IES; curso 1983/84, nos da a conocer la curiosidad de que el curso se empezase con un director y sin embargo a los pocos meses fuese sustituido por otro. Y sobre todo nos lleva a unos tiempos muy distintos a los actuales en la vida cotidiana de un centro educativo; productos que antes se consumían y que ahora, nos resultaría escandaloso que se hiciese.
En definitiva consideramos que esta entrevista es un documento muy interesante que aportar a las actividades de nuestro grupo de trabajo y por la que debemos de ofrecer nuestro más sincero agradecimiento a Juan Ramírez, maxime teniendo en cuenta que reside habitualmente en Barcelona y ha tenido la deferencia de dedicarnos parte del escaso tiempo que pasa en Lebrija para atendernos.

(Artículo y entrevista elaborados y publicados por Antonio Dionisio en Colabora 3.0)
(Migración realizada por José Antonio Salgueiro, coordinador del GT) 
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viernes, 17 de marzo de 2017

Padre e hija, estudiantes del IES Bajo Guadalquivir

En el IES Bajo Guadalquivir de Lebrija cursan sus estudios un número considerable de alumnos y alumnas cuyos padres y madres también se formaron en el centro. Sin embargo, la barrera temporal que los separa produce la impresión entre ellos mismos de no compartir ni tener nada en común. Pues bien, con este primer artículo pretendemos eliminar esa barrera y acercar ambas generaciones, mostrando que el patrimonio histórico-educativo es algo que se hereda y se construye; es algo que se halla en un proceso constante e inacabable de construcción y reconstrucción y, de cara al desarrollo de ese proceso, también están llamados los jóvenes a participar.

Presentamos hoy a Cristóbal López, que estudió la Rama de Electricidad de Formación Profesional en el entonces IFP Bajo Guadalquivir, en el año 1992, y que ejerce su profesión trabajando en Utrera con una contrata de "Endesa Eléctrica Utrerana".
Para Cristóbal supone un motivo de alegría compartir con toda la comunidad educativa algunas pinceladas de aquellos tiempos de estudiante.

Dejamos literalmente sus aportaciones:

"Y recuerdo con mucha alegría que los años de FP fueron fantásticos. Mucho compañerismo y una relación con el profesorado de igual a igual .
En mi clase estaban Marrufo, Miguelito, Alberto, los cuerveños Marcelo, Jorge ..... el selu, el roque.
Realmente formamos un grupo genial, donde nos encontramos con profesores estupendos". 

Como padre, la principal diferencia que Cristóbal aprecia de aquellos años a estos tiempos, es que no teníamos esa sobreprotección que ahora se percibe en muchos padres.
Niños y niñas a los cuales "no se les puede ni toser"... Y cómo cada vez es mas complicado ejercer la profesión docente.


Desde este blog para la recuperación y difusión del patrimonio histórico-educativo del IES Bajo Guadalquivir, agradecemos a Cristóbal López su colaboración, la cesión de esta fotografía y la autorización para compartirla en internet y las redes sociales.

Para nosotros, que hemos tenido la fortuna de ser sus profesores, nos enorgullece que su hija Verónica también sea nuestra alumna en el IES Bajo Guadalquivir, nuestro instituto.
   

miércoles, 25 de mayo de 2016

Al Bajo Guadalquivir le gusta el medievo... La Catapulta.

Cuando decidí impartir clases al grupo de Formación Profesional Básica de Carpintería, lo primero en lo que pensé fue cómo lograr captar su interés.

Los alumnos de la Formación Profesional Básica son alumnos con un perfil muy concreto caracterizado por no tener una gran actitud ni aptitud por el estudio y el trabajo, especialmente si éste se produce en un aula.

Carpintería... e Historia, aunque también Literatura y Lengua... ¿Cómo implicarlos en algo distinto? ¿Cómo lograr su interés? si no a todos, al menos a uno o dos, tres... Ahora, cuando se están dando los pasos finales en su construcción... parece que el objetivo ha sido cumplido. Y la catapulta pasará a ser, en un breve periodo de tiempo, parte del patrimonio del Instituto.

De todas las modalidades de artefactos construidos básicamente de madera a lo largo de la Historia, necesitaba encontrar uno que suscitara el interés del alumnado del grupo.

Imaginé produciendo el tornillo de Arquímedes. Un ingenioso invento del no menos genial siracusano, que unía la ciencia con el diseño y la utilidad, muchos de los alumnos son hijos de agricultores que se ven obligados a regar sus campos. Parecía ingenioso,  sin embargo sus partes curvas me resultaron complicadas y... había algo que no terminaba de convencerme. ¿Qué otra cosa de madera se podía hacer que fuera más fácil y rápido de hacer? ¿Qué artefacto se podía hacer a base de cortes limpios y encaje de piezas? Después de todo los alumnos del grupo iban a empezar a hacer cosas de madera, su desconocimiento del oficio era completo.

Un Onagro de trayectoria recta.

Una catapulta.

Lo consulté con Salvatore, nuestro "guerrero medieval", también con otro Salvador, compañero de Instituto y profesor de Dibujo... y salió.

Me vi y estudié lo que me mandaron sobre el tema y que estaban en diversos sitios de internet, me puse a investigar sobre los diversos artefactos lanzaproyectiles y de todos ellos, decidí que el que mejor se podía hacer por nuestros alumnos de Formación Profesional Básica de Carpintería era un Onagro de Trayectoria recta.

Un sistema de torsión simple, a mitad de camino del simple sistema de contrapesos como podía ser un trebuchet y el bastante más complicado como era la Ballista Romana.

Un Onagro

Onagro
Onagro, de la web imperioromano.com


Un trebuchet


Una ballista de doble torsión



Y así, tras encontrar en un sitio web un plano sobre el que se podía trabajar, lo propuse a la Jefatura de Estudios. ¡Y mi plan fue aceptado!

Ahora tenía que llevarse a cabo.

Y para ello era de vital importancia que el profesor de Carpintería estuviese por la labor de aceptar el proyecto con todo lo que suponía para él. Puesto que tenía que encargarse de hacer los cálculos necesarios sobre las medidas del artefacto a realizar así como la madera necesaria para ello. Eso sin contar con otros materiales que serían necesarios, como cuerdas, telas... trinquete... y encima que pudiera implicar a uno o varios alumnos en su realización pues estaba claro que esto tenía que ser una obra también de los alumnos y éstos, en un principio, carecían de conocimientos para realizar algo así.

Rafael, el profesor de Carpintería, lo logró. Hizo las mediciones, de acuerdo con el plano y fotos de la catapulta de torsión u onagro, hizo el presupuesto de la madera necesaria, para lo cual contamos con parte del presupuesto del Departamento de Geografía e Historia, cuyo Jefe, Antonio Vargas, estaba también plenamente de acuerdo con la realización de este artefacto, y de acuerdo con el resto del Departamento de Geografía e Historia y teniendo en cuenta el dinero disponible que había en ese momento, autorizó la financiación necesaria para la madera.

Y encontramos a un alumno adelantado, un alumnos que sentía en sus venas auténtica pasión por la carpintería y que tras acabar con los proyectos de aprendizaje del curso, ha sido, es en estos momentos, el auténtico "Maestro de Carpintería de Guerra", su nombre: José Doña. Lo conoceréis en las fotos ya que es el que mas aparece en ellas, prueba evidente de su protagonismo en la construcción de la catapulta.

El resto de alumnos han ido, poco a poco, observando y colaborando en su construcción pero sin implicarse como José Doña porque mientras se construía, tenían que terminar sus proyectos de carpintería.


Continuará...




martes, 10 de mayo de 2016

Branle de Lavandiéres

Siguiendo con la labor de recuperación del patrimonio histórico-educativo del IES Bajo Guadalquivir, que desde este grupo de trabajo se está llevando a cabo, tenemos la suerte de contar en esta ocasión con un documento único, que la mayoría desconocíamos y que debemos a la generosidad de nuestra compañera Rosana Meneses.

El vídeo, en el que aparecen alumnos de 2º de ESO-B, del curso 15/16, representa un ejemplo impagable del trabajo de una profesora comprometida, que busca alternativas para motivar y educar a sus alumnos. Que fue capaz de llevar a cabo actividades como esta que os mostramos y que todos los que nos dedicamos a la enseñanza, sabemos lo difícil que en la mayoría de las ocasiones es llevarlas a cabo, máxime en las circunstancias que en ese momento se estaban dando en nuestro instituto.
Rosana, dejó una profunda huella en nuestro centro, por su compromiso, por su valentía, por la relación con sus alumnos y por su actitud como compañera, brindándonos además, a algunos,  su amistad.
Por todo lo anterior, los miembros de este grupo de trabajo, no tenemos por menos que mostrar nuestro profundo agradecimiento, por su generosidad al cedernos el vídeo y las palabras con las que ha tenido la deferencia de acompañarlo, así como por los años que pasó con nosotros. A este agradecimiento se suma también el actual equipo directivo del IES Bajo Guadalquivir, la mayoría de cuyos miembros nos honramos con su amistad.

"Son muchas las cosas que me vinculan a Lebrija. Cuatro maravillosos años de mi vida donde hice grandes amigos, tuve magníficos compañeros de trabajo de los que aprendí mucho y sobre todo tuve el lujo de ser profesora de música de un alumnado excepcional. Alumnado que, aunque las comparaciones nunca fueron buenas, no olvido cada primero de curso cuando empiezo a conocer nuevos chicos y chicas a los que daré clases.
Este vídeo, redescubierto en estos días tan extraños de confinamiento, fue grabado en "tiempos raros" que muchos de nosotros vivimos en el IES Bajo Guadalquivir, y en donde hacer actividades fuera del aula era un auténtico desafío. Sin embargo, siempre hay maneras de realizar acciones "especiales" dentro del aula y que se salen de la norma de las consabidas lecciones. Y esta fue una de ellas.
Surgió de una canción para flauta que estábamos dando en clase. En concreto se trataba de una danza renacentista, y como tal podíamos ir más allá de la mera interpretación instrumental y pasar al movimiento. Y fue realmente, cuando el proceso de enseñanza-aprendizaje tomó sentido implicándose todo el grupo clase, tocando, bailando y explicando dicha danza, su origen, significado, etc. Tenía que dejar constancia de esta maravillosa sinergia.
Todo esto ha supuesto que hoy, cuatro años mal contados después, podamos ver en  estos "pequeños" alumnos, que ya están finalizando 2º de Bachillerato o algún grado formativo, su inocencia e ilusión en el proyecto y elaboración de esta puesta en escena.
Sólo espero al compartir este vídeo, que recordéis el momento con tanto cariño como yo lo recuerdo. Un fuerte abrazo, siempre estáis en mi corazón y en mi pensamiento, alumnos del IES Bajo Guadalquivir de Lebrija.