Manuel César es compañero en el Instituto, profesor de Educación Física, pero además Manuel tiene una particularidad muy especial. Fue un antiguo alumno del Instituto. Sí, él cursó sus estudios de la E.S.O. en este centro educativo, él pudo subir y bajar por las escaleras, como hacemos hoy, como hacen ahora sus alumnos y alumnas. Él pudo practicar lo que ahora es su asignatura siendo alumno, pudo correr y saltar obstáculos, entrar en las aulas de Música y de Plástica igual que ahora entran y salen otros alumnos y alumnas. Pudo esperar en la entrada de la sala de profesores preguntando por tal o cual profesor o profesora, igual que ahora hacen nuestros alumnos y alumnas, sus alumnos y alumnas. Y lo que es más total, pudo recibir clases de profesores que están todavía en activo y que ahora son sus compañeros. Es sorprendente a la vez que maravilloso, la fiel demostración que la vida sigue, que es un ciclo sin fin. Y aunque suene algo melodramático en estos tiempos tan tenebrosos, nosotros pasamos, pero otras cosas permanecen. Permanece el Instituto, el edificio, permanece la memoria tal y como a continuación vamos a ver.
Los hechos, los datos, que a continuación se exponen fueron transmitidos después de varias entrevistas y un documento escrito en el que puso en orden sus recuerdos. Las entrevistas sirvieron de desbroce de sus recuerdos, de ellas sacó la tarea de poner negro sobre blanco sus recuerdos con mayor precisión, sin prisas, con exactitud, rigor.
Por tanto, iré desgranando conforme a las notas recogidas en las entrevistas y en el documento presentado por Manuel, su devenir por el Instituto Bajo Guadalquivir.
Para Manuel César, el comienzo, primero de E.S.O. estuvo presidido por la motivación y la confianza. El cambio, el paso de la escuela al instituto fue para él increíblemente motivador, la incertidumbre, que la hubo, fue compensada con creces por las ganas de "crecer", se sentía con confianza de sobra ante el nuevo reto, se sabía con capacidades más que suficientes debido al buen desempeño en el proceso de enseñanza y aprendizaje en la escuela y además se sentía arropado al compartir el cambio con muy buenos amigos.
"Buscando en el baúl de los recuerdos" hemos encontrado esta instantánea tomada, posiblemente, en una semana cultural, donde de derecha a izquierda de la foto aparecen José Antonio Barea, Francisco Martínez (Kiskin), Juan Torres (Cala), Jesús Cordero, Manuel Tejero (Gorrión), Francisco Jesús Cruz, Manuel César y Felipe, a quienes enviamos desde aquí todo nuestro cariño y admiración.
Recordaba disfrutar en lo académico, especialmente con la materia de Ciencias Sociales, impartida por Don Alfonso, toda una referencia en el Instituto y que tuve la suerte de conocer durante varios años en mi primera estancia en el Bajo Guadalquivir, además de por él, también me contó que le apasionaba la apasionaba la Geografía.
Recordaba disfrutar en lo académico, especialmente con la materia de Ciencias Sociales, impartida por Don Alfonso, toda una referencia en el Instituto y que tuve la suerte de conocer durante varios años en mi primera estancia en el Bajo Guadalquivir, además de por él, también me contó que le apasionaba la Geografía.
Aunque también tenía y tiene buenos recuerdos de materias como Ciencias Naturales, impartida por Mari Carmen Pérez, le resultaba increíble poder compartir, no ya el instituto, sino incluso las instalaciones del gimnasio y las pistas al impartir Mari Carmen clases de Educación física y ser por tanto, ahora, compañera de su departamento . Como es natural se acordaba de la asignatura de Educación Física, impartida por Emilio Delgado e hizo alusión a la temida asignatura de inglés del momento, de la que me decía, entre risas, que había ¿sobrevivido¿ (las comillas las puso él en su documento, que conste).
En lo personal, me habló en las entrevistas y en el documento me lo confirmó por escrito, que sentía que había habido algunos cambios pero recordaba seguir manteniendo su grupo de amigos del colegio. En gran parte gracias a que muchos coincidieron con él en la misma clase, aunque también me dijo que como es natural conoció y comenzó nuevas amistades con compañeros de otros centros y de otros cursos, con los que recordaba tener muchas vivencias cotidianas propias de la edad. Llegado a este punto me reconoció tanto en la entrevista como en el documento que, salvando las diferencias tecnológicas, esas vivencias no diferían mucho de las que hoy podía ver en los alumnos con la misma edad.
En segundo de ESO, las cosas no salieron tan bien como en el curso anterior, pudo ser el momento de la adolescencia o algunas circunstancias personales que tuvieron lugar en su vida, las que no permitieron que continuara el buen camino iniciado en primero, lo cierto y verdad es que como consecuencia de todo ello tuvo que repetir curso.
Ese momento fue extraordinariamente para su formación, no solo como persona sino también como docente. Es muy interesante el conocer cómo fue aquello contado por él, tanto en la entrevista personal en la que salió como en el documento que me hizo entrega y en el que de su puño y letra expresaba lo que había sido y cómo le había marcado.
Tanto de una manera como de otra, me transmitió que fue una sensación extraña, me contó , que en ese momento se lo preguntaba y le preguntaban cómo era posible que un alumno que había superado con solvencia, no solo la primaria, sino también el primer curso de secundaria, fuese a repetir segundo
Me contó que aun escuchando todas las explicaciones posibles, todavía hoy seguía sin tener una respuesta clara. Cree que fue una combinación de factores, desde la inmadurez, la inestabilidad propia de la adolescencia, las circunstancias personales, un poco de todas, pero fueran cuales fueran, lo que sí es cierto es que hoy seguía estando presente en su vida, y es precisamente esa experiencia, la que le hace tener claro como docente, que la edad de nuestro alumnado es la que es, un momento de formación de su personalidad, un momento crítico en su desarrollo como persona y que precisamente por ello, tiene que ser objeto de nuestra atención, pues en la docencia no solo se enseñan contenidos, también se educa.
Manuel me contó que si bien recordaba esa sensación de fracaso, de dejadez y pérdida de rumbo, también recordaba las clases de matemáticas de José Manuel Galván, el Gran Galván, el francés de Juan López o la Historia de Paco López, su tutor en ese curso. Sigue guardando un magnífico recuerdo de él, de sus charlas y consejos sobre lo que estaba haciendo y sus reiterados esfuerzos por concienciarle, reconociendo que a pesar de ello su inmadurez no le permitía entender. A este respecto, recuerda haber hablado con un compañero de aquellos momentos sobre la posibilidad real de abandonar los estudios en cuanto pudiera, eran los años de la burbuja inmobiliaria y una salida profesional que siguieron muchos compañeros, que al hacerlo disfrutaban de un envidiable estatus económico.
Resulta muy aleccionador llegar hasta aquí, es bastante más importante de lo que parece su testimonio en este punto, porque esa salida profesional fácil, si uno se para a pensarlo ha hecho mucho daño a nuestro sistema educativo. La apuesta por la construcción como modelo de desarrollo económico rápido y con ello la necesidad de una mano de obra poco o nada cualificada está detrás de nuestras dificultades para ser un país avanzado de verdad, con altos salarios producto de empleos cualificados y con alta productividad. Recuerdo que cuando me lo contó en la entrevista y después pude leerlo en el documento que me entregó, no pude evitar el pensar en otros muchos alumnos, algunos de ellos muy buenos alumnos, que decidieron optar por esa vía rápida antes que por seguir formándose. Fue una confesión muy clarificadora. Sí
El curso que tuvo que repetir, en lo académico no recordó gran cosa de él, salvo que había que estar ahí. Recordó que agruparon a todos los repetidores en una clase, supone que con la intención de proporcionarles la consideración necesaria para que pudiéramos superar los retos que se les presentaban. Sí recordaba a la profesora de Lengua Castellana y Literatura, Gema Hernández Mancha y a Juan López, jefe de estudios, con el que tuvo más de una charla que esta vez sí le sirvió de mucho para motivarse, conversaciones que lo reafirman hoy en la idea que la docencia es mucho más que enseñanza de contenidos, es educación en valores.
"Buscando en el baúl de los recuerdos" hemos encontrado esta otra instantánea tomada, posiblemente en la misma semana cultural donde, junto a compañeras y compañero, encontramos a Juan López Pérez, adjunto a la jefatura de estudios y profesor del departamento de francés.
Y esto, con ser importante, por lo que estas palabras significan, lo es mucho más por cómo las dijo. A él, precisamente por esa experiencia personal, no le tienen que decir que la docencia es más que enseñanza de contenido sino que también lo es en valores. Él lo descubrió, y en primera persona, hace muchísimo tiempo.
En Tercero de ESO, las cosas cambiaron, si bien es cierto que en el primer trimestre fue un desastre, en lo académico parecía haber vuelto a las sensaciones del curso anterior, aunque en lo actitudinal no iba en la dirección correcta. Recuerda su primer y único parte de incidencia como alumno, siendo la razón una discusión con un compañero dentro de clase. Primer y único parte de incidencia, ¡¡albricias!! También hoy suele suceder, para que vamos a mentir, pero vaya, llama la atención el dato y su recuerdo claro, cristalino, fue el único. Lo que dice mucho de su calidad ya por entonces.
Me refirió que fue entonces, en el segundo trimestre, cuando todo empezó a cambiar, ayudaron en ello muchos factores. Uno de ellos fue el encontrar un grupo de amigos que buscaban hacer las cosas bien y no mal. Otro fue el comenzar a recibir clases particulares con Don Alberto Serrano. Me cuenta con algo de sorna que probablemente hay que ser de Lebrija para entender qué significa esto aunque el análisis pudiera ser muy subjetivo y vano.
Lo cierto y verdad es que endereza el rumbo y llegó el siguiente curso, cuarto de ESO.
Fue el curso en el que no solo disfrutaba con materias que siempre le habían gustado como Historia, Lengua Castellana y Literatura, Inglés o Educación Física sino que lo hizo aún más con materias como Matemáticas, en la que consiguió obtener algún éxito significativo.
En relación al recuerdo de sus profesores, recuerda a Gloria de Historia, buena profesora y buena persona. Elia de Matemáticas, Arsenio Muñoz en Ética, o Mari Luz Diéguez en Inglés. Fue en este momento cuando consiguió entender que la madurez no solo era académica sino de pensamientos e ideas.
De esta forma llegó a 1º de Bachillerato justo como había que llegar, es decir, con la madurez necesaria.
Decidió hacer el Bachillerato de Letras aunque en ese momento no tenía claro lo que iba a estudiar una vez terminado el Bachillerato. Pensaba en Derecho, Periodismo o Magisterio pero no le preocupaba en exceso estando como estaba concentrado en hacer un buen curso.
Fue un curso que en lo académico le hizo recordar especialmente a Javier Almodóvar de Latín y Griego. Además recordaba haber disfrutado de actividades propias del centro como el día del Ajo y la semana cultural.
"Buscando en el baúl de los recuerdos" hemos encontrado esta otra instantánea tomada el viernes día 23 de marzo de 2007 con motivo de la cena de fin de estudios de 2º de bachillerato.
Y tras él, tras los siete años de vivencias entre las aulas, pasillos y patios del IES Bajo Guadalquivir, otros diez años después y volvió a esas mismas aulas, pasillos y patios del IES Bajo Guadalquivir como profesor.
Me resultó una gratísima experiencia personal tanto escuchar sus palabras como leer el documento posterior con esas mismas vivencias puestas por escrito.
Espero que los que lean esta entrada disfruten de la misma forma que servidor.
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